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 Mesopotamia > Imperio acadio

AKKAD. Imperio Acadio (2334-2193 a. C.)

Mesopotamia era un país abierto a influencias exteriores. El desarrollo alcanzado por las comunidades urbanas del área atrajo a poblaciones seminómadas vecinas. Desde mediados del III milenio semitas procedentes del desierto arábigo alcanzaron la Mesopotamia baja y asimilaron rápidamente la cultura sumeria allí existente.


Los acadios, pueblo nómada de lengua semita aprovecharon la rivalidad existente entre las distintas ciudades-estado sumerias, donde algunos semitas lograron infiltrarse en la administración real y ocupar puestos de responsabilidad. En Kish, hacia el 2350 a.C. un semita habría alcanzado el puesto de “copero mayor” del rey Urzababa, el cual acabaría destronando y adoptando el nombre de Sargón (Sharru-kin, “el rey legítimo”), para hacerse acreedor de la titulatura real antre otros reyes y nobles sumerios. 

Una vez dueño de Kish, emprendió una política de expansión que le llevó a derrotar a Lugalzagesi y otros ensi locales y a convertirse en dueño del territorio de Sumer. 
 

 

Mapa Imperio Acadio

​​​Sargón I (2334-2279 a. C.) Fundador del Imperio acadio.

Cabeza de bronce fundido, 36 cm, hallada en Nínive.

Museo Nacional de Irak, Bagdad 

Sargón I (2334-2279 a. C.) inauguró una nueva dinastía, estableció una nueva capital del reino en Akkad y puso las bases para la construcción del primer imperio mesopotámico acabando con las seculares dispustas por la hegemonía entre las distintas ciudades. 

Sargón dominó políticamente en todo el país y tomó los títulos de "rey de Akkad" -por oposición a Sumer-, "rey de Kish" -por su ascedencia y legimitación de la soberanía- y "rey del país"- por la unificación política de la Mesopotamia Baja en manos de un solo soberano, pero bajo la protección del dios Enlil de Nippur, legitimador de la hegemonía. 

De este modo Sargón I pudo jactarse de dominar un territorio que se extendió desde el "Mar Superior" (Mediterráneo) hasta el "Mar Inferior" (Golfo Pérsico) incluyendo el "imperio" de Ebla, la costa mediterranea asiática y parte de Anatolia. Pero en realidad el dominio político efectivo se redujo al "centro" del Imperio, ubicado entre el área septentrional de Sumer y las ciudades de Mari y Assur; en el resto, se ejerció un control por razones comerciales, sin que se suprimieran las instituciones políticas allí existentes. 

 

 

En el Imperio Acadio lo único que cambia, con respecto a la época sumeria anterior es la lengua de los gobernantes. Casi todo lo demás sigue siendo sumerio, sobre todo la estructura socio-económica y la cultura.

Hay dos cambios importantes:
• mayor importancia de la propiedad privada
• el poder real se separa del religioso (separación Templo-Palacio)



En su política llevó a cabo varias reformas:

• El acadio se convierte en lengua oficial.
• Se comienza a fechar por el “nombre de los años”.
• Mantuvo a los ensi y lugal vencidos, y solo puso gobernadores nuevos en las ciudades conquistadas o nuevas.
• Creación de un gobierno central.


Su política exterior tiene dos etapas:
• Anexión de territorios mesopotámicos: a su título de rey de Akkad añadió el de rey de Kish, liberando a esta última del poder de Uruk, y restaurándola. Venció a Lugalzagesi de Umma y Uruk y se anexionó Uruk, Ur, Lagash y Umma, y se tituló “rey del país” (Señor de Sumer y Akkad). Rey de la totalidad (shar kishshati)
• Emprendió campañas en el norte, este y oeste. A su muerte, el Imperio de Akkad comenzó a desintegrarse.

Su largo reinado (56 años) significó una etapa fundamental en la Historia de Mesopotamia, ya que supo poner las bases estructurales de un Imperio universal, asentando un nuevo concepto de sucesión dinástica y de legitimidad divina en una familia real.

Tras Sargón ocupó el trono de Akkad su hijo Rimush (2278-2270 a. C.), quien tuvo que hacer frente a una gran revuelta sumeria, que acabó reprimiendo muy duramente. Los elamitas aprovecharon también la coyuntura y se sublevaron. Rimush también derrotó a las ciudades elamitas, causando miles de muertos y de prisioneros.
Por sus tablillas de arcilla sabemos que Rimush controló todo el país, si bien a base de luchas continuas. Tras gobernar durante 9 años fue muerto en el trascurso de una revolución palaciega.

Le sustituye su hermano, Manishtushu (2269-2255 a. C.), y durante su reinado tuvo lugar la sublevación de los pueblos del norte y este del Imperio Acadio. 

Al igual que su hermano, murió asesinado en el transcursos de una conjura de palacio tras 15 años de gobierno, en los que su meta fue mantener la unidad del imperio.

 

Naram-sin, rey de Acad

Detalle de la estela de Naram-Sin (2254-2218), nieto de Sargón I y cuarto rey acadio. Arenisca rosa - (Louvre, París) 

Naram-sin (2254-2218 a. C.) Nieto de Sargón I, será el cuarto rey acadio.Con él el Imperio alcanzará su mayor expansión.

En su época comenzaron a ser un problema los lulluhi (habitantes de Zagros y el Kurdistán) y los Guti (de la región entre el Zab inferior y el Diyala).

 

Si Sargón y sus dos hijos se habían contentado con el control político y militar, ejercido directamente sobre la baja Mesopotamia (Sumer y Akkad) y el más indirecto, de índole comercial, sobre las tierras  altas (Subartu) y la periferia (Siria, Anatolia, Elam), él pondría en marcha una política de conquista.

Durante su reinado sometió a Elam (suroeste de Irán); campaña militar contra Omán; conquista de la ciudad de Taljat y sumisión del país de Subartu (Alta Mesopotamia, incluida Asiria). Extensión de sus dominios desde el mar Inferior (Golfo Pérsico) hasta el mar Superior (mar Mediterráneo)



Con Naram-Sin cambia el modo de concebir la realeza. Anteriormente el soberano era el ejecutor de la voluntad divina, o un piadoso administrador del reino. Ahora se desarrolla una nueva comunicación ideológica y religiosa ya conocida en la época de Sargón, con un contenido propagandístico centrado en el elogio del rey.

Con la divinización del rey, éste se convierte en único responsable y artífice de las hazañas militares, el orden y la justicia social. El rey relega a los dioses a simples símbolos astrales cuya presencia es eclipsada por la preminencia del soberano, artífice de su propia voluntad.

A Naram-Sin le sucederá su hijo Shark-ali-Sharri  (2217-2193 a. C.), último rey de ésta dinastía. Durante su gobierno, una incursión elamita penetró en la baja Mesopotamia y la sublevación prendió en Uruk, y en las fronteras nororientales y noroccidentales los peligros se acumulaban. El rey acadio hubo de combatir para contener las incursiones de los montañeses guteos, en el Zagros (pueblo bárbaro de las montañas), y de los nómadas Martu (amorreos) que avanzaban desde Siria.

De este modo, las fronteras cedieron bajo el empuje de los guteos y los centros asirios (Nínive y Assur) y Mari aprovecharon la confusión para independizarse, y la anarquía y el desorden dinástico parecen haberse apropiado del trono. También éste rey morirá tras una conjura palaciega.

            

A la muerte de Shark-ali-Sharri, el país quedó un poco a su suerte. La anarquía se apoderó durante tres años de Akkad, años que coincidieron con el asentamiento de los qutu por amplias zonas del Norte y su infiltración posterior por toda Mesopotamia. 
Otras gentes y otros factores coyunturales contribuyeron a la caída de Akkadé. Entre esas otras gentes hay que señalar a los elamitas, a los lullubi, y los hurritas que desde tiempos presargónicos presionaban las fronteras de Mesopotamia. Mientras estos pueblos incrementaban sus asaltos a lo largo de la frontera Nororiental, la frontera opuesta mostraba otra presión, la de los amorreos, y la de los umman-manda.
Los movimientos de estos pueblos, unidos al malestar general  de las ciudades sumerias, causado por las reformas acadias y por problemas religiosos que provocaron levantamientos independentistas, motivaron la caída definitiva del Imperio acadio.

 

La caída de Akkadé posibilitó la vuelta de reyes sumerios a sus propias ciudades-estado. Los sumerios volvieron a sus tradicionales formas políticas centrífugas que hacían de sus ciudades el centro autónomo de sus intereses. Pero una de esas ciudades, Ur, con una perfecta simbiosis de lo sumerio y lo acadio, lograría retomar la idea imperial, volviendo a hacer de Mesopotamia un todo unitario. Se abre un largo período de paz y de prosperidad económica que permitieron que todo lo sumerio renaciera: Lagash, Uruk y Ur fueron los artífices de tal renacimiento. Ésta etapa está considerada como Renacimiento sumerio o III Dinastía de Ur.

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