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Grecia > Civilización Minóica

Civilización minóica (2600-1400 a. C.)

La situación de Creta en medio del mar Egeo, a medio camino entre los tres continentes, Europa, Asia y África, la pujanza de su suelo y la prosperidad de sus ciudades, la colocaron en una situación privilegiada que posibilitó los intensos contactos comerciales de la isla con Egipto, la costa sirio-fenicia, el Oriente Próximo, Asia Menor, las Cícladas y la península balcánica. 

Creta es una isla larga y estrecha, dividida longitudinalmente por una impresionante cadena de montañas. Sin embargo, en su parte central, se abren llanuras fértiles como la de Mesara que resultan muy apropiadas para la práctica de la agricultura. Su costa escarpada ofrecía además buenos fondeaderos naturales para los barcos, y sus elevadas cimas servían de punto de referencia en las rutas de los navegantes. La fertilidad de su suelo y su natural apertura al mar fueron, por tanto, los fundamentos de su espectacular desarrollo hacia formas superiores de civilización. 

 

Sir Arthur Evans, arqueólogo británico, fue el descubridor de Cnosos (uno de los más importantes palacios cretenses). Imbuido por las leyendas griegas que hablaban de Minos y su fabuloso laberinto cretense que albergaba al terrorífico minotauro, adoptó el término “minoico” para calificar y definir a esta brillante civilización. También fue el primero en articular todo un sistema cronológico, basándose en la estratigrafía de Cnosos. Dividió así la civilización cretense en tres grandes períodos a los que denominó Minoico Primitivo, Medio y Reciente. Cada uno de ellos dividido a su vez en otros tres subperiodos respectivamente I, II y III. Pero este sistema se adapta bien a Cnosos, pero resulta complicado para entender el desarrollo de esta civilización.

 

El mundo minoico se caracteriza, ante todo, por sus palacios. De este modo se acepta otra cronología propuesta por el arqueólogo griego Nicolás Platón, basándose en criterios arquitectónicos y culturales. Se habla así de un período prepalacial (2600-2000 a. C.), que abarcaría desde los orígenes de la civilización en la isla hasta la construcción de los primeros palacios, que se caracterizaría por un gran desarrollo a todos los niveles, que iba a preparar el surgimiento de la civilización palacial. Un período de los primeros palacios (2000-1700 a. C.) culminaría con la destrucción de los palacios a causa de un terremoto. Un período de los segundos palacios o neopalacial (1700-1400 a. C.) se reiniciaría con la reconstrucción de los palacios y correspondía a la gran época de la civilización cretense, momento en que los palacios alcanzan su máximo esplendor. Una segunda destrucción, debida también posiblemente a causas naturales, significó el fin de la civilización palacial y el comienzo del período postpalacial (1400-1100 a.C.), que fue de absoluta decadencia. Con una nueva oleada masiva de destrucciones en torno al 1100 a. C. culminaría la larga historia de esta civilización. 

El surgimiento de la civilización en Creta.

Los primeros palacios (2000-1700 a.C.)

 

A partir del 2000 a. C. surge y se consolida una verdadera civilización. Su sociedad está caracterizada por una organización permanente, con sede en grandes edificios monumentales, y un alto grado de estratificación social.

 

A finales del período neolítico aparecen algunos de los rasgos que distinguen al período prepalacial  y que iban a definir la civilización cretense, tales como la metalurgia, una producción artesanal especializada o la edificación de grandes complejos arquitectónicos. Dos factores fueron decisivos: el aumento de población y la mejora en la producción de alimentos. El  cambio más decisivo fue la adopción de la tríada mediterránea: trigo, vid y olivo. Este policultivo debió de tener una importancia en el surgimiento de la civilización en Creta. Sin embargo, este tipo de producción agrícola diversificada provocaba cierta disparidad. Así, el control del proceso de redistribución debió ser uno de los factores que propiciaron el nacimiento y consolidación de las estructuras palaciales en Creta. 

Palacio de Cnossos

Palacio de Cnossos, el mayor de los centros de poder minoicos. Después del 1450 a. C. pasó a ser sede de los dirigentes micénicos de Cnossos.

El primer palacio real de Creta fue erigido hacia 2000 a. C. en Cnososs, que para entonces era una gran ciudad. Otros palacios se levantaron después en Festo, Malia, Zakro, y otros lugares, y cada centro dominaba un área.Los palacios cretenses no eran solo la morada de los gobernantes, fueron también centros de culto con sus santuarios y salas destinadas a fines rituales y sobre todo, verdaderos centros económicos desde los que se dirigían y controlaban todas las actividades. Albergaban almacenes donde se guardaba el grano y el aceite producido en sus almazaras, y talleres en los que los artesanos elaboraban sus productos. Se trataba de auténticos centros de redistribución de bienes que regían de forma absoluta el funcionamiento de la sociedad cretense en todas sus facetas. También ejercía el control sobre el comercio exterior e interior. Creta mantenía un intenso nivel de contactos con el mundo circundante. Los puertos eran el punto de entrada de esta red de contactos comerciales y cada palacio poseía su propia ciudad portuaria. 

          Hay que subrayar el parentesco que muestran estas construcciones, organizadas todas en derredor de un patio central rectangular y con explanadas enlosadas a lo largo de sus fachadas occidentales, destinadas a la multitud con ocasión de las fiestas, se completan, en Cnosos y Festos, con un pequeño teatro con gradas y en Malia con el empleo de una plaza pública. En torno al patio central se agrupaban las habitaciones; en la planta baja se situaban los almacenes, archivos y salas de usos rituales, los pisos superiores estaban ocupados por las estancias reales. Todas las paredes interiores estaban recubiertas con un revoque de cal, decorado con frescos al temple. Estos, en los que se utilizaban colores vegetales, asombran, tanto por la libertad de expresión como por sus temas: la naturaleza, los animales exóticos o la decoración marina. También encontramos abundancia de personajes (procesiones y escenas de tauromaquia).

 

 

 

Período de los Segundos Palacios o neopolacial (1700-1400 a.C:)

 

La Creta neopalacial se inicia hacia el 1700 a. C. y en ella encontramos cuatro palacios – Cnososs, Festo, Malia y Zacro -. 

 

Es en el período neopalacial donde se desarrolla la escritura, por incisión a mano sobre el barro fresco. El sistema más antiguo era el jeroglífico ideográfico pureo, de modo que una figura representaba el objeto correspondiente o bien un concepto relacionado con el mismo. Con el tiempo los jeroglíficos se hacen más esquemáticos, hasta llegar a las escrituras conocidas como Lineal A y Lineal B. La escritura lineal A se encuentra representada por inscripciones que llevan ciertos objetos rituales. El lineal B surgió de la necesaria modificación del lineal A cuando hubo de transcribir una lengua griega.

         La escritura surge debido al alto grado de complejidad que había alcanzado la economía palacial cretense. Este sistema se empleaba para registrar las diferentes operaciones de entrada y salida del palacio, y también a modo de recibo o factura.
 

Será en este período cuando la civilización minoica alcanza su máximo grado de desarrollo. La metalurgia, la orfebrería, la glíptica, la pequeña escultura, adquieren una calidad y capacidad productiva como antes no habían tenido. Pero si hay algo que caracteriza este momento es el arte plástico figurativo de los grandes frescos palaciales, domésticos y funerarios. La variedad de temas, la perfección compositiva y el cuidado del detalle, el realismo y la alegría, podría calificar la civilización minoica de femenina o de miniatura, por la perfección y ese aire blando y sensible de que hace derroche. 
 

Principe de los Lirios. Creta

Relieve coloreado del "Príncipe de los Lirios" del Palacio de Cnossos (h. 1500 a. C.) La pintura muestra la típica belleza masculina de los jóvenes, con los cabellos negros, largos, cayendo sobre los hombros, de piel morena y cintura de avispa luciendo faldellines hasta la cintura y dejando el torso al descubierto y luciendo joyas exquisitas.

También en este período se aprecia una preminencia de la realeza y una mayor riqueza y grandiosidad del palacio de Cnososs. Se cree que el rey de Cnososs ejercía la supremacía de la isla, siendo justificada por una supremacía en el terreno religioso.

 

La sociedad cretense era una sociedad jerarquizada. En la cima de la pirámide social estaban los gobernantes del palacio. El más conocido de sus monarcas es Minos, con cuyo nombre designó A. Evans a toda esta civilización (minoica), si bien algunos han llegado a suponer que se trataría más bien de un nombre general utilizado para designar a todos los monarcas cretenses.

Inmediatamente por debajo en la escala social se encontraban los altos dignatarios que habitaban las ricas mansiones, encargados del control de la producción agrícola de una determinada región. Los sacerdotes y sacerdotisas debieron desempeñar también una posición importante, los cuales tenían confiados los distintos cultos de palacio o de los santuarios rurales.

Otro grupo importante fueron los comerciantes y mercaderes y también los artesanos profesionales, que debieron tener sus talleres en el interior del propio palacio con el fin de surtir las necesidades de sus gobernantes y las del comercio exterior; aunque también los había que ejercían su oficio en la ciudad. Sin embargo, la mayoría de la población estaba compuesta por campesinos, granjeros y pastores que se hallaban situados en ciudades, pequeñas aldeas o granjas dispersas. La base económica de la civilización cretense fue siempre la agricultura, a pesar de la pujanza del comercio y del artesanado. 

            No se sabe si existían consejos o asambleas al lado de la figura del rey. Había una especie de aristocracia a la que debían pertenecer los varones representados con largas melenas rizadas y brazaletes – como el llamado “Príncipe de los Lirios”, que podría ser el rey Minos – . Parece que la reina tenía una clara importancia como figura pública en el terreno religioso.

 

 

 

 

 

 

 

 

Creta tenía como base el hábitat urbano, asociado a algunos de los palacios, aunque también abundaban pequeños poblados, sobre todo en las costas. Ciudades y pueblos tenían un diseño urbanístico que se acomodaba a la morfología del terreno. Las viviendas más modestas eran muy pequeñas y contaban con dos plantas, patio interior y escalera; las viviendas más lujosas tenían una estructura similar a la de los palacios.

 

Respecto a la representación de los enterramientos y los santuarios tienen recientos rectangulares y los "tholoi", aunque hay una preeminencia por la sepultura individual, con las tinajas y sarcófagos con formas sencillas. En la época neopalacial es característica la cámara tallada en la roca. Contaba con una o varias fosas y con bancadas laterales, donde se depositaban los cadáveres, cuyos restos eran arrojados a pequeños pozos para dar cabida a nuevas inhumaciones al cabo de un tiempo. La entrada a la cámara se cegaba con piedras y se comunicaba al exterior por un "dromos" o corredor. La riqueza también se manifestaba en los enterramientos, siendo algunos de ellos verdaderos santuarios o criptas subterráneas, como la Tumba de las Dobles Hachas de Cnososs.

 

 

 

En cuanto a la religión parece que se daba una comunicación muy intensa entre el hombre y la divinidad. Los lugares considerados como sagrados tenían gran importancia, como ámbitos en los que se manifestaba la divinidad, propiciada por rituales como el de la danza. Tales lugares eran oquedades de las montañas o de los acantilados, o integrados en los palacios, donde se creaba un espacio sagrado. El árbol, o bien la columna o el pilar, eran un cauce de comunicación entre el cielo y la tierra, por donde accedían las fuerzas sobrenaturales que de alguna manera determinaban el mantenimiento de la vida. 

           Los santuarios minoicos tienen una estructura tripartita, bien porque aparezcan tres columnas o pilares, o bien porque los santuarios palaciales integren los tres niveles, de la cripta, el piso intermedio y el superior. Hay una distribución funcional de lo femenino y lo masculino en las divinidades minoicas. 

 

Cuernos de consagración. Creta

Los Cuernos de Consagración suelen aparecer sobre los altares y lugares de culto. Es un objeto formado por dos puntas córneas reunidas en pareja sobre un grueso travesaño. Sin duda están ligados al culto del toro, procedente de Anatolia, y que tuvo en Creta mucha importancia, como se desprende de la representación de escenas de tauromaquia, desde luego con un carácter sagrado. Con seguridad puede decirse que estos cuernos constituían el lugar de consagración pues los objetos sagrados están colocados entre ellos.

Fin de la Creta Minoica

 

El colapso de la civilización minoica suele relacionarse con la erupción volcánica que tuvo lugar en la vecina isla de Tera (actual Santorini). El tremendo cataclismo debió de hundir gran parte de la isla y provocar un terrible maremoto. Esto parece haber sucedido entre 1650 y 1550. Quizás en ese momento comenzara el declive, que repercutiría en las cosechas durante mucho tiempo y provocaría hambrunas. Así, cuando hacia 1450 a. C. llegan los conquistadores micénicos, los palacios estarían, con excepción del de Cnosos, destruidos.

 

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