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Mesopotamia > Sumer

 Sumer (2900-2334 a. C.)

Sumer (en sumerio Ki-engir; en acadio Shumerum) era una región geográfica situada en el sur de Mesopotamia, en lo que hoy es el sur de Iraq. 
Se podría decir que Sumer era un conjunto de ciudades-estado situadas alrededor de las orillas del Éufrates y del Tigris. Cada una de estas ciudades tenía sus propios dirigentes y luchaban por la hegemonía, aunque a mitad del IV milenio a. C., el líder de la ciudad dominante se consideraba como el rey de la región.

Sólo tenían en común un centro religioso: el santuario del dios Emlil en la ciudad de Nippur.

 

La civilización sumeria es la primera y más antigua del mundo, cuyos habitantes fueron los primeros en fundar ciudades, Estados e Imperios. Fueron también los primeros en inventar la escritura, los contratos comerciales, los primeros Códigos jurídicos, en instituir las primeras escuelas y en crear los primeros trazos de escultura. Pero a estos logros positivos hay una contrapartida negativa, ya que en Sumer apareció por primera vez la guerra, la esclavitud, el despotismo, la condena a muerte, ....







Mapa de Sumeria

El paso de la aldea a la ciudad, vendrá por las nuevas formas más centralizadas de la economía y del acceso a los recursos y en el modo en que éstos eran explotados. La disponibilidad de nuevas técnicas aumentó la capacidad de extracción de excedentes agrarios y la especialización implicó una mayor interdependencia de todos los grupos integrados en la comunidad.


La capacidad  de movilizar fuerza de trabajo fuera del propio grupo de parentesco por parte de los “jefes redistribuidores”, situados al frente de los linajes más poderosos, tuvo mucho que ver con una apropiación inicial del excedente. En un principio, la fuerza de trabajo era más valiosa que la tierra, por eso se produjo la apropiación del trabajo ajeno en forma de contraprestaciones. Estas contraprestaciones marcarían cada vez más la división social. 

 

La historia sumeria data desde sus orígenes antediluvianos (5500 a. C.) hasta su extinción como entidad política (2004 a. C.)



La larga etapa durante la cual se constituyeron las primeras ciudades y se estructuraron a modo de pequeños Estados independientes (régimen de ciudad-estado) ha sido denominada Dinástico Arcaico (2900-2340 a. C.)

​Esta etapa va precedida por una serie de dinastías míticas, que sirvieron a los mitógrafos neosumerios para conectar su Historia propia, que comenzaría tras el cataclismo de un gran desastre (uru, el Diluvio), con el origen del mundo y con los dioses. A partir de este momento, una serie de ciudades sumerias se fueron turnaron la hegemonía en el país de Sumer.

 

Prisma de Weld Blundell

La Lista real sumeria, contenida en el famoso Prisma de Welt Blundell, nos va a servir de hilo conducto para la exposición de la Historia sumeria.

Se trata de un texto que menciona a los reyes de Sumer desde los tiempos más arcaicos, cuando "la realeza bajó del cielo" y se la confió a Eridu. Se remarca el origen divino del poder, idea aceptada sin objeción durante toda la historia antigua mesopotámica.



​En esta lista aparecen los reyes de las ciudades sumerias con sus años de reinado. Escrito a finales del III milenio a. C. contiene una clara intención propagandística, la de unificar la tradición del poder de Sumer. 

El texto, que separa un período mítico (antes del diluvio) de otro histórico (después del diluvio), hace referencia por primera vez al pueblo sumerio como una unidad geográfica,  y sobre todo política.

Pero con la introducción del arado, el trabajo humano fue sustituido en gran parte por el trabajo animal, lo que hizo perder posiciones el trabajo ajeno, frente a la posibilidad de apropiarse de la tierra.

Durante los años 4500-4000 a. C., un pueblo conocido como obeidiano, por el poblado de El Obeid (zona meridional de Mesopotamia), se asentó en la región después conocida como Sumer. Fueron la primera civilización que llegó y no hablaban sumerio sino una lengua aglutinante. Establecieron las bases para la agricultura, el trabajo de la piel, los metales, y la cerámica. Después llegaron los semitas procedentes de los desiertos de Siria y Arabia, infiltrándose en la zona tanto como inmigrantes como invasores en busca de botín.
Sobre el 3250 a. C. llegaron los sumerios al territorio, mezclando sus culturas y creando lo que se denomina la civilización Presumeria.


Se establecieron ciudades-estados Kish, Uruk, Ur, Sippar, Akshak, Larak, Adab, Umma, Lagash, Ba-tibira y Larsa. Cada una de estas ciudades estaba vallada y bajo la protección de una deidad, cuyo templo era la estructura central de la ciudad. Políticamente el poder estaba en los ciudadanos, pero las rivalidades entre las ciudades se aumentaron y se instauró una jerarquía en base a reyes.



Prisma de Weld Blundell con una copia de la Lista real sumeria, 20 cm, arcilla (2100-1900 a. C.)

El Dinástico Arcaico se conoce también como Protodinástico y está dividido en tres fases, que corresponden con la sucesión de tres tipos de dinastías políticas: míticas, míticoheriocas e históricas:
I (2900-2750): comprende desde fines de la época primitiva hasta la aparición de las tablillas arcaicas de Ur.
II (2750-2600): coincide con la aparición de murallas en las ciudades mesopotámicas.
III (2600-2350): está datado por los archivos de Shuruppak.


Una de las características es el policentrismo, con una serie de ciudades-estado que se hacen competencia entre sí. Al sur están Uruk, Ur y Eridu; al este Lagash y Umma; en el centro Shuruppak y Nippur; en el norte Kish y Eshnunna y remontando el curso de los ríos, Assur y Mari, que se consolidan como centros de expansión sumeria.


La Mesopotamia protodinástica se divide en varios estados gobernados por dinastías locales, cuyos monarcas son los administradores del territorio de la ciudad, mientras que el dios es el verdadero dueño de la propiedad y de sus habitantes. La historia política de estas ciudades se manifiesta en constantes guerras fronterizas e intentos ocasionales de hegemonía de una ciudad sobre otras. Esta encarnizada rivalidad, ideologizada en forma de disputas entre los dioses, no era más que la necesidad de adquisición de nuevas tierras ante el crecimiento de la población y la necesidad de expansión para consolidar las estructuras internas de cada estado. La creciente competencia por los recursos, hizo que chocaran a menudo unos con otros, además de realizar incursiones a zonas más lejanas para acceder a las rutas de comercio.



La lucha por la hegemonía en el país de Sumer tenía su correlación en el interés por acceder a las materias primas de las regiones periféricas (países lejanos) y por controlar el comercio que las procuraba. Habían ido apareciendo algunos asentamientos a lo largo de las rutas fluviales que constituyeron avanzadas comerciales sumerias. De entre los asentamientos comerciales sumerios, puntos que facilitaban el acceso a todas aquellas regiones, destacaron Assur sobre el medio curso del Tigris, y Mari, sobre el medio Éufrates. Ambas dominaban excelentes comunicaciones.



En Sumer, durante el Dinástico Arcaico, la situación social conoció un fuerte deterioro. La inmovilización de la riqueza en construcciones suntuarias (templos, palacios), la creciente exigencia de prestaciones laborales y militares, la rivalidad de las ciudades, causante del empobrecimiento de la población y de la difusión de la servidumbre por deudas, favorecía los abusos del clero y los funcionarios. En este clima de desequilibrios, algunos reyes sumerios actuaron como protectores de la población. Hacia el 2330 a. C. Urukagina, conocido como el rey reformador por excelencia, usurpó el poder en Lagash, detentado por una familia sacerdotal, pretendiendo eliminar los abusos.

Pero el reinado de Urukagina se vio interrumpido por Lugalzagesi, rey de Umma, que los expulsó de Lagash antes de atacar Ur y Uruk.
         Lugalzagesi, convertido en rey de Uruk, se proclamó rey del país de Sumer. Estableció relaciones de alianza con los reinos de Kish, Mari y Ebla, lo que de alguna forma le permitía afirmar que su poder se extendía desde el Mar inferior (Golfo Pérsico) al Mar superior (mediterráneo).
De esta forma Lugalzagesi se convirtió en el artífice de la primera unificación política de Sumer, último capítulo del Dinástico Arcaico.
Sin embargo, la aparición del primer Imperio mesopotámico no fue obra de los sumerios, sino de los semitas del país de Akkad, situado al norte de Kish.



El rey semítico Sargón I el Grande  conquistó toda la zona y fundó una nueva capital en Agadé – nombre sumerio de la ciudad de Acad- , al norte de Sumer, que se convirtió en la ciudad más rica y poderosa del mundo. El pueblo nativo de Sumer y los nuevos habitantes pronto se mezclaron, hasta convertirse en un grupo étnico y lingüístico conocido como acadio. A la tierra de Sumer se le dio el nombre compuestos de Sumer y Akkad. Comienza el Imperio acadio (2334-2193 a. C.): la unificación de Mesopotamia.

 

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