Antiguas Civilizaciones
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crisis del s. III (235-284)
El s. III está dividido en dos partes: La primera mitad (42 años), gobierno de los Severos; segunda mitad, caracterizada por la profunda crisis, en la que se proclamaran 25 emperadores. El Senado pierde su poder y los caballeros ocupan la administración central.
En este siglo se empiezan a formar transformaciones económicas y sociales, que con el inicio de Diocleciano abrirán la fase del Bajo Imperio o Antigüedad Tardía.
Tras el asesinato de Severo Alejandro, el último representante de los Severos, el imperio entró en una crisis, pues los pueblos bárbaros mantuvieron durante décadas una constante presión sobre las fronteras, las condiciones económicas empeoraron y el poder imperial, era cada día más absolutista; la peste volvió a azotar a la población. El estado del Imperio fue muy crítico entre los años 235-268 y en una segunda fase de las crisis (268-284) los emperadores ilirios pusieron las bases para la recuperación.
Así, en el 235 el ejército proclamó emperador a Maximino el Tracio. Durante su reinado se prefigura lo que va a ser el eje común a todos los emperadores ilirios: un cursus honorum rápido, una capacidad militar que le permitió concluir con éxito la campaña, y unas relaciones con el Senado marcadas por la mutua hostilidad y la falta de entendimiento. Se sumaba el terror a la confiscación de los bienes de muchos de sus miembros, temor que se confirmó. Los objetivos militares eran prioritarios y requerían de las riquezas que poseían los senadores y que serán confiscadas.
Transición al Bajo Imperio
Durante el Alto Imperio, los ataques de los pueblos bárbaros al limes romano fueron constantes. En el ejército recaía la seguridad del Imperio, así que durante el s. III fue ostentando el control del Estado. Los emperadores puestos por el ejército eran autócratas que gobernaban al margen del Senado y de las instituciones de manera despótica.
Después del período de los emperadores ilíricos (llamados así por proceder del sur del Danubio), durante el cual en tan solo 47 años se había proclamado 25 emperadores y el mundo romano había sufrido tanto el acoso externo como la proliferación de imperios locales, se puede decir que el Imperio Romano fue salvado por una revuelta militar.
Cuando en el 284 el ejército sublevado en Calcedonia proclamó emperador a un oficial dálmata que asumió el nombre de Diocleciano, se abrió un período durante el cual se logró tanto la superación de la crisis política como la elaboración de una serie de medidas que afectarían directamente a la evolución del mundo romano bajo-imperial.
