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Segundo Período Intermedio (1650-1550 a. C.)
Dominio de los hicsos
Se incluyen las Dinastías XIII y XVII. Tiene lugar una etapa de irregularidad en la sucesión dinástica, acompañada por la invasión de los extranjeros llamados hicsos.
La palabra hicsos no es más que la deformación de heqa-jasut, expresión egipcia que significa "jefe de países extranjeros", designación de los jefes de las tribus semitas de palestina y Siria en las fuentes egipcias a partir de comienzos del Imperio Medio.
La dominación de los hicsos fue provocada por la infiltración lenta y pacífica en el Delta, desde Palestina, de elementos semitas (cananeos o amoritas), los cuales eran a su vez empujados por importantes movimientos étnicos que estaban teniendo lugar en ésta época en todo el Próximo Oriente asiático. Esta penetración se produjo ya durante el reinado de Amenemes III, de la Dinastía XII, y se aceleró aprovechando la debilidad de la Dinastía XIII.
Los jefes hicsos, después de haberse instalado en Avaris, habían ido extendiendo su poder por toda la zona oriental del Delta de forma lenta pero segura. Finalmente, sintiéndose fuertes, decidieron apoderarse del trono faraónico, de la capital y del gobierno. Así, el acceso al poder de los hicsos parece más un cambio dinástico o un golpe de estado que una invasión repentina.
Los hicsos en Egipto adoptaron los elementos de la cultura egipcia. Utilizaron la misma lengua y escritura egipcias, así como la titulatura real y el mismo sistema político, considerándose y siendo considerados como sucesores legítimos de los faraones tradicionales.
Los hicsos impusieron una superestructura de tipo feudal al país, a base de reyezuelos y dinastas vasallos establecidos en diversos puntos, superestructura que de todos modos estuvo siempre ligada a los soberanos extranjeros.
Su presencia acabó con el aislamiento de Egipto respecto a Próximo Oriente y entraron nuevas ideas religiosas. Los hicsos establecieron relaciones comerciales con diversos pueblos asiáticos, lo que hizo llegar a Egipto nuevos productos y nuevas técnicas. Introdujeron el caballo, el carro, el arco compuesto, un tipo perfeccionado de hacha de combate, nuevas técnicas de fortificación y diversos elementos de la cultura del Bronce avanzado.
Los soberanos hicsos se agrupan en dos dinastías: la XV y XVI, y ambas reinaron al mismo tiempo.
Dinastía XV – hicsos (1650-1550) . Dinastía XVI (soberanos tebanos, contemporáneos de la Dinastía XV) (1650-1580) Los hicsos de la XV dinastía gozaron de supremacía frente a los de la XVI que no debieron ser más que jefes locales.
El dominio político hicso fue relativo, ya que en la segunda mitad del s. XVII el país estaba ya política dividida: los hicsos dominaban en el Delta; los príncipes tebanos controlaban el Egipto Medio, y los nubios se reconocían independientes bajo el gobierno de un príncipe nativo. Aunque unos y otros se reconocieron en algún momento vasallos y tributarios de los reyes hicsos.
Entre los pequeños estados que surgieron en Egipto en la época hicsa, el más importante es la ciudad de Tebas, regido por los príncipes que se agrupan en la Dinastía XVII (1633-1552)
Su territorio se extendía desde Elefantina al sur hasta la ciudad de Kusa al norte. Mientras que el norte dominado por los hicsos estuvo organizado en pequeños señoríos autónomos, la región de los tebanos mantuvo una cohesión sin fisuras.
Aunque hay que decir que la Dinastía XVII no gozó de independencia real hasta los reinados de sus tres últimos faraones. La mayor parte de su historia se desarrolló bajo la dominación de los reyes hicsos, de los cuales eran vasallos.
El faraón tebano Kamose será quien inicie la reconquista del país. Hacia el 1567 a. C. Avaris cayó en manos de su sucesor, Ahmosis, fundador de la dinastía XVIII, que logró la unificación del país. Así terminaron 108 años de dominación hicso en Egipto.
La expulsión de los hicsos fue larga y abarcó varios reinados hasta la victoria final en tiempos de Ahmosis, hermano y sucesor de Kamose, último rey de la Dinastía XVII. Éste reemprendió la guerra y tomó Avaris y expulsó a los hicsos de Egipto. El reconocimiento a sus méritos guerreros y como libertador de Egipto del yugo extranjero, Manetón hace inaugurar una nueva dinastía a Ahmosis, la Dinastía XVIII, y los egiptólogos le reconocen como el fundador del Imperio Nuevo.
Ahmosis (1552-1527) es el fundador de la Dinastía XVIII y con él llega el Imperio Nuevo, verdadera etapa de esplendor egipcio. Ahmosis se inicia como rey de Tebas, en el momento de decadencia de los hicsos, y será él quien acabe con estos invasores. Libre de los invasores, Ahmosis se dedicará a crear un Estado nuevo, iniciando la tarea de reconstrucción de templos y edificaciones de santuarios a los dioses, posiblemente como agradecimiento a su apoyo en la expulsión de los invasores. Durante su reinado encontramos el inicio de un período de prosperidad económica y de reformas.
Su política exterior se centrará en Nubia y en extender su dominio a la zona asiática, desarrollando una campaña en Fenicia debido al interés estratégico de este territorio. En Fenicia se pudo obtener una base marítima como cabeza de puente para futuras operaciones en el Próximo Oriente asiático. Desde este momento se inaugura un periodo de protectorado egipcio a las ciudades fenicias.
Reina Ahhotep. Dinastía XVII. Destacó en la liberación de Egipto de los hicsos, como regente durante la minoría de edad de su hijo Kamose. Desde finales de la Dinastía XVII el arte tebano alcanzó sus más altos niveles, como podemos ver en el tesoro de Ahhotep. Su sarcófago destaca por la amplia peluca que desciende y termina sobre el pecho con dos rizos a la manera del peinado de la diosa Hathor. El sarcófago es del tipo "rishi", decorado con un motivo de plumas (las alas protectoras de la cobra y del buitre divino).
Mientras que el paso del Reino Antiguo al Primer Período Intermedio ha sido caracterizado como una época de autonomía de las regiones, donde los gobernadores actuaban como las únicas autoridades en sus circunscripciones, el Segundo Período Intermedio vio la aparición de numerosos reyes. Por eso este período tiende a ser contemplado como una época de cierta continuidad.
La avanzada tecnología bélica que adquirió Egipto durante este período fue transcendental para el poderío militar que alcanzó el país durante la etapa siguiente de su historia, la que conocemos como Imperio Nuevo.
Orden de la Mosca de Oro. Cadena de oro que lleva tres grandes moscas, también de oro, es un ornamento que corresponde a nuestra condecoración al valor militar.
Las moscas fueron encontradas en el sarcófago de Ahhotep, para confirmar el papel desarrollado por la reina en la persecución de los hicsos y en la fundación de la nueva dinastía.