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Imperio Medio asirio o período medio (1392-1077 a. C.)
Después de un prolongado eclipse de cuatro siglos, en el que el reino se había visto reducido a mínimos aunque la continuidad dinástica se había mantenido, el poderío asirio emergía con renovado ímpetu.
Durante el Imperio Medio es cuando realmente se crea el estado asirio, y los soberanos del Imperio Nuevo lo desarrollarán y perfeccionarán. Su evolución, que duró 800 años creó el primer estado universal del Asia anterior, logrando englobar todo el mundo civilizado de la época, que fue heredado por los persas y después por Alejandro Magno.
Assur-uballit I (1363-1328 a. C.) fue el artífice de este renacimiento, quien se autoproclamó “gran rey”, titulatura que desde siempre habían tomado los reyes asirios. Su política de emancipación fue posible gracias a el aniquilamiento del poderío mittánico por parte del rey hitita Suppiluliuma I (1355/45-1320 a. C.); el vacío dejado por Mittani en el norte fue aprovechado por los monarcas asirios para sentar las bases de un estado territorial sólido y con clara vocación expansionista, mientras que su potencial rival en el sur, Babilonia, se ausentaba de la esfera internacional, y que los hititas, los vecinos occidentales de Asiria, tenían bastante con contener a Egipto.
Pero los verdaderos artífices del “Imperio medio asirio” fueron Adad-Nirari I, Salmanasar I y Tukulti-Ninurta I. Durante estos siglos los asirios se convirtieron en gran potencia.
Adad-Nirari I (1307-1275 a. C.) apoyó al faraón Rameses II contra el rey hitita Muwatalis; combatió contra las tribus del alto Tigris (“lullumi”) y asestó un duro golpe al reino de Mitanni llegando hasta Washshukanni, su capital.
Su sucesor Salmanasar I (1274-1245 a. C.) prosiguió las campañas contra akhalmu, qutu y lullumi, derrotó al rey Shattuara II acabando definitivamente con el reino de Mitanni y se enfrentó con el naciente estado de Urartu, en el S. de Armenia.
Salmanasar restauró numerosos templos y fundó Kalakh (actual Nimrud), como capital del imperio. Desde entonces el Imperio asirio se asentó sobre dos soportes básicos: el tributo y el ejército. La configuración de una red de “estados tributarios” anticipaba la dinámica característica de siglos posteriores, mientras que el poder del ejército se hizo temible por la crueldad de sus soberanos con los reyes y prisioneros vencidos.
Lammasu. Toro alado. Divinidad protectora, procedente de la mitología asiria, que posee cuerpo de toro o león,alas de águila y cabeza de hombre.
Estas grandes representaciones híbridas surgen en Asiria como elementos protectores para guardar las puertas de las ciudades o palacios de sus monarcas (generalmente en parejas). Museo de Pérgamo. Berlín
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Tukulti-Ninurta I (1244-1208 a. C.) hijo y sucesor de Salmanasar I avanzó por el NO hasta Asia Menor y se proclamó “rey que percibe tributos de las cuatro partes del mundo”, dejando así constancia de su pretensión de universalidad. A partir de éste rey, la guerra será un forma de comercio de Estado en Asiria.
Un levantamiento del rey Khastiliash IV de Babilonia fue reprimido y el soberano asirio se proclamó también “rey del país de Karduniash”, la Babilonia kasita.
En la etapa final de su reinado fundará una nueva capital, Kar-Tukilti-Ninurta, que debía sustituir a la antigua Assur, sede del clero del dios Assur y de las grandes familias, y centro del poder administrativo. Esta maniobra del rey asirio, autoritaria y destinada a limitar el poder tradicional del estado asirio, hizo que se urdiera una conjura palacial que acabaría con la vida del rey.
Los siguientes reyes no parecen destacar especialmente, en un siglo de decadencia constante que Babilonia aprovechó. Fue en este momento, encontrándose Asiria y Babilonia de nuevo frente a frente, cuando se produjo la denominada invasión de los “Pueblos del Mar”.
Será con Tiglat-Pileser I (1115-1077) que tuvo lugar un nuevo apogeo asirio. Este rey comenzó una época expansionista: desaparecido el Imperio hitita, se enfrentó a los mushki, luchó en la región del lago de Van y luego, pasando por el Éufrates, tomó Biblos, Sidón y Arwad, realizando una serie de campañas en Siria. En los años sucesivos inició la expansión hacia el noroeste, antiguos territorios hititas y mittanios.
Hacia el años 1085 a. C., atacó Babilonia y derrotó definitivamente a su rey Marduk-nadin-ahhe (de la II Dinastía de Isin o IV Dinastía de Babilonia).
En política interior, su obra representa la culminación de una larga evolución: recopiló las Leyes asirias, escritas sobre tablillas de arcilla. Son recopilaciones jurídicas de disposiciones legales redactadas entre los s. XV-XII a. C. También recopiló los Edictos del harén, que reglamentaban las complicadas relaciones entre el personal de la corte y las mujeres del rey.
Tras este rey hubo un gran declive del poder asirio que comprende desde la muerte de Tiglat-Pileser I en el año 1077 hasta la subida al trono de Adad-Nirari II en el año 911, con el que comienza el Imperio Nuevo asirio.